Becario destacado: Kyle Chew
Por Kyle Chew, becario de verano 2022
Era marzo de 2020 cuando todos los estudiantes de mi instituto pensábamos que solo estaríamos fuera dos semanas. Yo aún estaba en primero de bachillerato y sabía que aún me quedaban tres años para completar la cantidad de horas de voluntariado necesarias para graduarme, así que no le di mucha importancia. Sin embargo, después de esas dos semanas, todo cerró: escuelas, restaurantes, negocios, todo. Nadie sabía cuánto tiempo íbamos a estar en esta situación.
Después de pasar horas jugando a videojuegos en casa, mis padres me hablaron de Ballard Food Bank y me sugirieron que fuera voluntaria allí. Al principio era escéptico, pero lo intenté porque era uno de los pocos lugares abiertos al voluntariado. Me apunté y desde el principio me lo pasé muy bien allí. Hice nuevos amigos de diferentes escuelas y empezamos a planificar los días que iríamos. Fui cada vez más, manteniéndome en esta increíble comunidad. Seguí siendo voluntaria allí durante los dos años siguientes, hasta que llegué al final de mi penúltimo año de instituto. Antes de acabar el instituto, quería hacer prácticas en una organización en la que creyera, y resultó ser Ballard Food Bank. A medida que me iba acostumbrando y sintiendo más cómoda en Ballard Food Bank, tenía muy presente su misión, ser el centro de la esperanza. Como voluntaria, llegué a conocer a gran parte del personal y mantuve conversaciones amistosas de vez en cuando, pero quería hacer más con Ballard Food Bank.
Mientras planeaba mis prácticas, me interesaba el mundo empresarial, concretamente el marketing. Trabajé con el equipo de Comunicación y Desarrollo durante la primavera, pero quería hacer algo más. Seguí trabajando principalmente con ellos y pude realizar un montón de proyectos divertidos. Al principio de las prácticas me asignaron varios proyectos en los que trabajaría durante todo el verano. Hice publicaciones en las redes sociales y analicé datos que presenté al resto del equipo. Incluso dirigí algunas orientaciones para voluntarios. Tuve muchas oportunidades de participar en reuniones y conocer los entresijos de Ballard Food Bank desde el punto de vista del personal. Aprendí a trabajar en equipo y la importancia de que todo el mundo esté de acuerdo. También aprendí la importancia de la imagen de marca, sobre todo en Ballard Food Bank. Esto se relacionaba directamente con mi interés por el marketing, lo que amplió mis conocimientos al respecto.
Como voluntaria durante la pandemia, tuve pocas interacciones con los clientes. Pero ahora, en el nuevo edificio y con los clientes en plantilla, pude relacionarme con más clientes fuera de la oficina. David Cook era uno de ellos, y siempre tenía la alegría de hablar con él sobre su próximo proyecto. Me enseñaba los bocetos y el proceso de su trabajo de soldadura. Tiene mucho talento y es un miembro increíble de la comunidad Ballard Food Bank .
Estoy impaciente por ver cómo crecerá Ballard Food Bank . Quiero dar las gracias a todos los que he conocido y con los que he trabajado. Habéis hecho que mi experiencia con vosotros sea tan gratificante e inspiradora.