Voluntarios destacados: Sue
"Comparo el voluntariado con poner pilas nuevas en mi vida. Disfruto interactuando con gente de fuera de mi círculo habitual de amigos y aprendo algo con cada encuentro... Soy mejor persona, con los pies en la tierra, menos ansiosa y enfadada porque tengo la oportunidad de servir a los demás. Es un plato de sopa caliente para mi alma".
Embolsar da a Sue la oportunidad de entrar en contacto cara a cara con personas de distintos orígenes. "Me encanta ver a un "habitual" coger mi línea y esos pocos minutos de compartir una sonrisa e incluso un abrazo ocasional".
De izquierda a derecha: Debbie, Sue y Mark en las cajas
Los beneficios para la salud mental surgen de estos pequeños momentos. Un pequeño gesto, ver a otro ser humano con interés y ganas de conectar, compartir una sonrisa reconfortante. Estos momentos se quedan grabados en la memoria de nuestros voluntarios y hacen que vuelvan.
Sue explica que también encuentra familiaridad en el papel, lo cual es una agradable sorpresa. "Todos somos voluntarios por diferentes razones y en diferentes capacidades. No deja de sorprenderme la cantidad de enfermeras en activo o jubiladas que se sienten atraídas por los bancos de alimentos. Un día, toda la zona de embolsado estaba ocupada por enfermeras de la UCI y de urgencias. Aunque sólo los veo los lunes por la mañana, siento que tengo un nuevo círculo de amigos con los que cuento para trabajar juntos y divertirnos un poco."
En estas funciones aprendemos cosas nuevas sobre nosotros mismos. El tiempo que dedicamos al voluntariado nos ayuda a afianzarnos en lo que sabemos que somos. Nos ayudan a actuar de acuerdo con los valores que están en lo más profundo de nuestro ser. Actuar conforme a estos valores nos conecta más profundamente con nuestro sentido del propósito. Es el acto de autorrealización y es una sensación incomparable.